jueves, 20 de diciembre de 2012

Erasmus: Y la gran nevada llegó...

Gran nevada. Piazza Duomo. Parco Sempione. Castello Sforzesco. Cernusco sul Naviglio.
Hoy tengo que haceros una confesión: me apasiona la nieve. La verdad es que no sé si se puede considerar una "confesión" expresar algo tan banal, ya que no es que os esté contando ningún secreto, pero tal vez la cosa cambie si os admito que podría decirse que hace justo una semana fue prácticamente la primera vez que vi nevar de verdad con mis propios ojos.

En Barcelona es algo que podría decirse que ocurre cada cuarenta años: de vez en cuando puede observarse cómo cae algo de nieve, pero nunca llega a cuajar. Aun así, ya había visto la nieve; había acudido a más de una estación de esquí en Catalunya, como La Molina y la Vall de Núria; había estado de colonias en bachillerato en una casa en la montaña, en Les Planes de Son, donde al día siguiente al despertarnos nos dio los buenos días un hermoso paisaje nevado; hace dos años, además, cayó algo de nieve por toda la provincia, y L'Hospitalet de Llobregat no fue una excepción. Aun así, lo que hace dos años todos los medios calificaron como "nevada histórica en la ciudad condal", aquí no habría sido nada más que una pequeña nevada como la que ya vivimos hace dos semanas y ya os conté; tan insignificante que al día siguiente apenas había rastro de ella.

Esta vez ha sido diferente a todas las demás: he visto caer la nieve del cielo en grandes cantidades, he podido comprobar cómo poco a poco se iban formando montones de ella por las calles hasta sobrepasar los veinte centímetros de grosor, he intentado caminar por encima mientras "temía" por mi vida e intentaba no resbalarme y no caer al suelo con torpeza, he escrito miles de tonterías en ella con las manos y los pies y me he divertido de lo lindo; como un niño con zapatos nuevos.


Parco Sempione y Castello Sforzesco.
La gran nevada comenzó el jueves 13, pero sobre todo cayó con fuerza durante el día después. Tomé mi cámara y me dispuse a fotografiar el centro de la ciudad: la Piazza Duomo, el Castello Sforzesco, el Parco Sempione...

También visité Cernusco sul Naviglio, un hermoso pueblo a las afueras de Milán en el que ya había estado.



Cernusco sul Naviglio.

Mañana será un día muy feliz: volaré rumbo a Barcelona para pasar la Navidad con los míos y reunirme con ellos después de tres meses sin verles. Me muero de ganas de volver a ver a todo el mundo, de volver a coger en brazos a mi Luna, mi perrita... Y de contarles en persona cómo se han ido desarrollando mis andanzas por las tierras lombardas. Serán diez días en los que intentaré rodearme de las personas que siempre han estado ahí y que tanto me quieren. Tengo muchísimas ganas de volver a estar con todos ellos. Regresaré a Milán el 31 de diciembre de buena mañana, a tiempo para celebrar el fin de año "a la italiana"; en enero haré algunos exámenes que me faltan y a principios de febrero, por desgracia, volveré a casa para empezar el segundo semestre en la UAB el lunes 11.

La idea de tener que volver a Barcelona me produce temor y ansiedad; me siento, más que simplemente desplázandome a 900 kilómetros, como si volviera atrás en el tiempo. Regreso a casa, y con ello a mi vida pasada, pero evidentemente, con muchos cambios que yo sin duda calificaría como positivos.

Solo quien lo haya vivido logrará entenderme a la perfección al decir que mi vida ha cambiado completamente al irme de Erasmus, que no soy para nada la misma persona que un 15 de septiembre llegó a Milán y que durante estos meses he conseguido aprender a desenvolverme por mi cuenta, a reflexionar, a madurar un poco más, a tomar decisiones, a tener paciencia, a ser más responsable. Todo eso sumado al gran nivel de italiano que considero haber adquirido; no creo que fuera malo al llegar, en los dos casi tres años que hace que lo estudio siempre se me ha dado bastante bien y siempre he disfrutado muchísimo al aprenderlo, pero no se puede comparar cómo lo hablaba antes y la fluidez que he adquirido en estos meses aquí, aunque por supuesto todavía tengo que mejorar mucho, pero creo que voy por el buen camino. Además, me encanta el acento milanés, ya de antes de venir; fue uno de los tantísimos motivos que me llevaron a escoger esta ciudad y no otra, y me considero muy afortunada al haber podido practicar mis habilidades lingüísticas con hablantes de mi acento del italiano favorito y también de haber podido descubrir un poco más cómo es la lengua milanesa, lo que muchos tildarían de dialecto, como con prácticamente el 90% de las variantes que no corresponden al estándar, pero que para mí debería gozar de un prestigio tremendamente superior, sobre todo con lo hermoso que es y lo bien que suena.

A diferencia de muchos de los dialectos del sur, donde son el pan de cada día y donde además en numerosas ocasiones se habla más de lengua que de dialecto y nadie parece discrepar, como es el caso del sardo, el siciliano, el napolitano y también el friulano en el noreste, el milanés y otras variantes lombardas como el bergamasco y el camuno ya nadie las habla, prácticamente solo la tercera edad, y no siempre, ya que la mayoría de milaneses, también como muchos barceloneses (entre los que una servidora se incluye) son de origen sureño. Así que ¿¡quién diantres habla milanés?! Por suerte ellos mismos saben algunas palabras, pero por desgracia muy pocos serían capaces de articular todo un discurso. Ellos no tienen la culpa, sería lo mismo que nos pasaría a los catalanes si no hubiera ninguna plataforma que fomentase nuestra lengua y si el catalán dejara de estar presente en las escuelas.

En fin. Esperadme, familia, e id preparando esos estómagos para poder engullir toda la mercancía que llevaré tanto en el equipaje de mano como en mi maleta, que he decidido facturar para poder ir más cómoda e ir llevando todas las cosas que tengo aquí; preparaos para la avalancha de turrones, galletas, chocolates, bombones, quesos y muchas otras sorpresas con sabor italiano que os llevaré. ¡Os van a encantar y querréis que vuelva al "bel paese" solo para poder traeros más cosas!

Sara embarcando rumbo a Barcelona en 3, 2, 1...

PD: Os dejo un vídeo que grabé en la Piazza Duomo... ¡Espero que os guste!:

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Erasmus: primera nevada, llega la Navidad, ferias y...

Preparativos navideños. Primera nevada. Fiera degli Oh bej! Oh bej! Basilica di Sant'Ambrogio. Università Cattolica. Basilica di Sant'Eustorgio. Fiera dell'Artigianato. Luces navideñas. 
¡Hola a todos! Sé que ha pasado bastante tiempo desde mi última entrada, pero he tenido (y tengo) problemas con mi ordenador y no podré arreglarlo hasta que no vuelva a Barcelona: es decir, la semana que viene. De hecho, estoy redactando esta entrada a través del móvil... ¡Maldito teclado táctil! Eso sí, debo admitir que la aplicación de Blogger es muy cómoda y totalmente recomendable. Me ha sorprendido positivamente.
Dejando a un lado los problemas informáticos, he de admitir que todo va sobre ruedas; demasiado bien, podría decirse. Aún no consigo creerme lo mucho que soy feliz aquí, es como si el sueño de toda una vida se hubiera hecho realidad, pero como siempre, y por desgracia, lo bueno dura poco. Qué le vamos a hacer, supongo que es ley de vida...
El pasado viernes, 7 de diciembre, y coincidiendo con la festividad de Sant'Ambrogio, patrón de Milán, cayó la primera nevada del año. A pesar de que la cantidad de nieve que cayó fuera simbólica fue precioso poder observar desde la ventana y durante unas dos horas cómo todo poco a poco iba tiñéndose de blanco. En teoría muy pronto volverá a nevar; de hecho, podría ser cuestión de días. Como barcelonesa DOC, para mí este fenómeno natural es algo insólito y, por supuesto, me encanta poder estar aquí y disfrutar de ello. Cierto es que las temperaturas no terminan de bajar, que cada día me muero un poco más de frío, sobre todo cuando se alcanzan los cinco grados bajo cero o así... Pero para ello siempre habrá un solución: un cómodo abrigo, una deliciosa taza de café y una bella compañía. Resultado: satisfacción infinita.
Ya están a punto todas las decoraciones navideñas por las calles. La verdad es que nunca antes había visto la ciudad tan bonita como ahora; el gigantesco árbol de navidad en Piazza Duomo, la cúpula de la Galleria iluminada con luces de color azul y destellos blancos y con el escudo de la ciudad en medio, las luces de las calles, los diferentes puestecitos... Es verdaderamente precioso, nunca me canso de hacer fotos.
Ya que he sacado el tema de las paraditas, tengo que contaros qué hice para Sant'Ambrogio: acudí a una feria, la "Fiera degli Oh bej! Oh bej!" (Y sí, el nombre está en mi querido milanés. "Bej" se lee "bei"). Podían encontrarse todo tipo de antigüedades, productos artesanales y muchos objetos más en toda una serie casi infinita de puestecitos que se encontraban a lo largo de los alrededores del Castello Sforzesco. Valía realmente la pena.

También he visitado la Basilica di Sant'Ambrogio, muy bonita, tanto por fuera como por dentro. Recomiendo el tesoro, la pequeña exposición que alberga en su interior; en  él encontraréis mosaicos, vestidos y otros objetos de gran valor e interés cultural.
También hay que destacar los alrededores de la basílica, entre los que se encuentra la Università Cattolica, que tiene un patio interior precioso, y otros edificios cercanos.
Otra basílica interesante es la de Sant'Eustorgio, en la que se dice que están enterrados los Reyes Magos (¡a ver si va a resultar que al final no son los padres!):
Y siguiendo con las ferias y los puestecitos/paraditas ("bancarelle"), os explicaré dónde estuve también ese mismo fin de semana y en qué consistió: estoy hablando de la Fiera dell'Artigianato, que durante más de una semana se celebró en la Fieramilano, ubicada en la localidad de Rho, a las afueras de la capital lombarda. En ella podían verse toda una infinidad de stands ordenados por países y regiones de Italia en los que se vendían productos artesanales y alimentos de todo tipo procedentes de prácticamente todo el mundo. Y sé que tal vez es lamentable y ciertamente vergonzoso, pero podría decirse que fue ver la zona ibérica, o mejor dicho, aquellos puestos en los que había banderas de Catalunya, y salir corriendo hacia allí. Volver a ver los fuets, la sangría, el jamón serrano, los churros y el pulpo a la gallega me hizo sentir feliz (sí, es así) y como si por un momento estuviera un poco más cerca de mi casa. Eso sí, a juzgar por la decoración flamenca, los mantones de manila colgados por todas partes, las fotos de los jardines cordobeses, la música y la infinidad de banderas españolas (tampoco hacía falta), así como banderas sureñas más bien parecía que me encontrase en Andalucía;  por eso, más que en la tierra donde nací, parecía que estuviera en la tierra de donde provienen mis raíces. Por supuesto también observé qué traían los demás países, pero por alguna extraña razón (tal vez la nostalgia de llevar tanto tiempo ya lejos de casa y de los míos), preferí degustar algún que otro alimento ibérico, a pesar de que muy pronto volveré a estar allí.
¡Que viva la Navidad!
Y que viva el café...
Esto es todo por ahora. De nuevo, pido disculpas por no haber podido actualizar antes. Un bacione a tutti!!!

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Erasmus: Tarde de fútbol en San Siro

Ooohh, forza Inter! Non mollare, vincerai! E quando dalla curva questo coro sentirai, Internazionale non ti lasceremo mai!

Ese fue uno de los muchos cánticos que los tifosi de la curva nord del Meazza cantaron a viva voz la tarde del pasado domingo para animar incondicionalmente a su equipo en el Inter-Cagliari, partido al que acudí con Elisa y Betina. Hacía ya mucho tiempo que tenía ganas de ver un partido del Inter en directo, aunque no era la primera vez que lo hacía; de hecho, en 2007 ya fui al partido amistoso Barça-Inter en el Camp Nou y ya había estado en San Siro en 2008 cuando estuve de vacaciones en Milán, ocasión en la que pude ver tanto el museo como el campo y los diferentes espacios reservados a los jugadores; los vestuarios (tanto el del Inter como el del Milan) y otras salas especiales.
Las entradas nos costaron muy poco: al ser mujer te hacen un descuento; por este motivo un billete que nos habría costado 24€ nos salió por 17€ en el secondo anello verde, concretamente en la curva nord (sí, ¡con todos los hinchas!). No está mal, ¿no? He de decir que el fútbol es mucho más barato en Italia que en España y, además, nunca antes había oído hablar de descuentos por ser mujer. ¡Me parece fantástico!
Se trataba de mi primer partido en San Siro. ¡Cómo lo disfruté! No paré de tomar fotografías y de animar con todos los aficionados de principio a fin. Lástima que el resultado no fuera favorable al Inter; todo quedó en un ajustado 2-2, pero el árbitro no señaló un penalti a favor de los nerazzurri que fue más que claro. De todas formas, nadie ganó ni perdió; empate, todos ''contentos'', pero con un sabor amargo en la boca para el equipo de Milán.
Además de las fotos, también grabé un pequeño vídeo hacia el final del partido en el que se puede percibir toda la emoción de la curva. ¡Aquí está!:




jueves, 15 de noviembre de 2012

Erasmus: Un tren para Piacenza

Hace unos días tuve el placer de poder visitar a mi amiga Ona en Piacenza y pasar el fin de semana en muy buena compañía. Esta ciudad, capital de la provincia homónima, pertenece a la región de Emilia-Romagna y está a unos 70 km de Milán; el tren tarda unos 50 minutos en llegar desde la Stazione Centrale y cuesta unos 6€ por trayecto.
Llegué allí en una fría y nebulosa mañana de sábado, con una lluvia incesante que nos hizo compañía hasta las tantas de la madrugada. De todas formas, eso no nos impidió que nos lo pasáramos muy, muy bien. Vimos la ciudad, nos perdimos por sus calles, visitamos alguna tienda de ropa, comimos en una fantástica piadinería, un pequeño restaurante en el que se servían, tal y como su nombre indica, diferentes tipos de piadinas, al gusto del consumidor. Este plato, para quien no lo conozca, está elaborado con harina de trigo y otros alimentos, como el queso, que en numerosas ocasiones es el de la Romaña, el squaquerone, y que normalmente va acompañado de rúcula, jamón, champiñones y muchos otros ingredientes posibles. A pesar de ser típico de esta región, puede encontrarse por toda Italia (de hecho, en Milán ya había tenido la oportunidad de comer alguna).
Los principales puntos de interés a los que acudí fueron el Duomo de Piacenza, el Palacio Gótico, las estatuas ecuestres de la Piazza dei Cavalli, el ayuntamiento y un parque muy agradable que estaba cerca de la estación. Sin embargo, una de las cosas que más me gustaron de esta ciudad fueron los árboles: los troncos normalmente eran de color muy negro y las hojas, de tonalidades intensas que variaban entre el amarillo, el rosa y el rojo. Era una combinación muy atractiva a la vista.
Por la noche, después de una fantástica cena con algunos de los compañeros de piso y amigos de Ona para la que preparamos una quiche (un tanto accidentada) y un poco de pa amb tomàquet (¡que se note que somos catalanas!), acudimos a una pequeña discoteca, el BoeriSabato Club, en el que después de un concierto de música rock pudimos disfrutar de una amplia sesión en la que sonaron temas clásicos de diferentes géneros y muy bailables como 99 Luftballons de Nena, Blue de Eiffel 65, hasta canciones actuales como Uprising de Muse o Train de Paul Kalkbrenner. En general toda la música era muy buena.
Al día siguiente, los piacentinos celebraban el Verano de San Martín (Estate di San Martino), por lo que había una feria con diferentes paradas de comida y bisutería, talleres, personas disfrazadas de la época medieval y algún pequeño concierto en la calle. De hecho, la música nos acompañaba allá donde fuéramos, ya que a través de los diferentes altavoces que había distribuidos por el camino sonaban melodías medievales con gaitas y percusiones. Por un momento te transportabas a otra época.
 Fue un fin de semana muy productivo, me lo pasé en grande y me quedé con las ganas de volver alguna vez. ¡Espero poder hacerlo! Y a Ona, ¡nos vemos en Barcelona muy pronto! ;-)

Aprovecho esta entrada para dejar el estampado de una camiseta que vi en una tienda de esta ciudad que me encantó:
Algún día llevaré un infinito en la piel. ∞

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Erasmus: Venti. Veinte. Vint. Twenty. Vingt. Zwanzig

Mi 20 cumpleaños. Castanyada. Cimitero Monumentale. Monte Stella (a.k.a. la Montagnetta di Milano). QT8.
El pasado jueves, 1 de noviembre, cumplí 20 años. ¿Y qué mejor forma de comenzar una nueva década de mi vida que en Milán? A pesar de que la crisis de los veinte se cierna sobre mí (aunque yo creo que cuando cumpla los treinta será peor), estoy contenta de haber podido celebrar mi cumpleaños de una forma diferente. Sí que es cierto que lo he pasado un poco mal, que me duele estar lejos de los míos en una fecha así, pero sé que están ahí en todo momento y poder hablar con ellos por teléfono me ha transmitido mucha fuerza. Además, cuento con todo el apoyo de las personas maravillosas que he conocido gracias a esta aventura, cuya compañía es de un valor incalculable y que siempre que las necesito están ahí. De hecho, tuve el placer de poder compartir con algunos de ellos, los que no aprovecharon el puente ―que, por cierto, por desgracia yo no tuve― para irse fuera. Cenamos cerca de I Navigli, en Troppapizza, un restaurante en el que podías degustar tantos tipos de pizza como quisieras, y en el que además tuve el placer de descubrir lo que era el Doctor Why, un juego de preguntas que se seguía a través de las pantallas del local y a las que se respondía mediante un mando que cada equipo tenía. ¡Parecía un concurso de la tele! La verdad es que nos divertimos muchísimo.
Desde aquí quiero dar las gracias a Ilaria, Matteo, Nico, Gildas, Tina, Lina, Juanlu y Giulia por venir y por regalarme una noche mágica. Y a los que no pudisteis venir, ¡lástima! Se os echó de menos, pero seguro que para la próxima habrá más suerte.

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Además de mi cumpleaños, hubo otro día en el que me sentí especialmente nostálgica, precisamente el día anterior, el 31 de octubre; en Catalunya se celebraba la Castanyada, y por primera vez no iba a estar en mi tierra para disfrutarla. No obstante ―y para mi sorpresa―, en Milán hay diferentes puestecitos donde las venden asadas ―de hecho, a las castañas asadas se las conoce como ''caldarroste'', a pesar de que castaña es ''castagna''; sí, así de simple―, así que no lo dudé ni un instante y compré. Eso sí, ¡menudo sablazo! 4€ por una bolsita, cuando por ese precio en Barcelona tienes un montón... Pero en ese momento no me importó. Es más, habría dado cualquier cosa por comerme un panellet ―evidentemente era imposible dar con ellos, y no pude ponerme manos a la obra con la receta por falta de tiempo―.
¡Y aquí me tenéis con mis castañas en Piazza Duomo! Y no, la verdad es que nunca he sido de celebrar Halloween. Los catalanes ya tenemos nuestra propia tradición para ese mismo día, así que ¿para qué adoptar una fiesta extranjera?

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He seguido descubriendo nuevos lugares. No es que sea una aficionada al ''necroturismo'', pero recientemente visité el Cimitero Monumentale (Cementerio Monumental) de Milán. Al igual que cuando visité el de Montmartre en París, me sorprendí muchísimo con la belleza que albergaba aquel campo santo, con la infinidad de esculturas, tumbas, panteones y parajes bonitos que podían verse por allí. Sin ánimo de querer parecer macabra, hice muchísimas fotografías. Realmente valía la pena.

Otro lugar en el que he estado ha sido el barrio QT8, también conocido como Quartiere 8, donde se encuentra el Monte Stella, también conocido como la ''Montagnetta'' de Milán. Es un bonito parque, incluso podríamos decir que se trata de un mirador, pero es mejor acudir un día de sol, porque con la niebla pierde mucho encanto. De todas formas, es un lugar óptimo para dar un paseo y hacer ejercicio.
Vistas de San Siro/Stadio Giuseppe Meazza desde la Montagnetta. ¡Lástima de la niebla!

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Y, ya que estoy, aprovecho esta entrada para enseñaros una pequeña parte de la gran biblioteca que hay en el pasillo de mi casa; la mayoría de los libros están en francés, ya que es la lengua de la propietaria del piso, pero también hay muchos otros en italiano, inglés, alguno en chino y, sobre todo, un montón de diccionarios de todo tipo; bilingües, técnicos, monolingües... El otro día leí en una página de Facebook la frase: ''book lovers never go to bed alone'' y, con esa idea, decidí tomarme esta foto. Sé que en el fondo es una tontería, pero espero que como mínimo os haga gracia:


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PD: ¡Ya tengo la ESN Card! La tarjeta que podemos pedir todos los Erasmus pagando solo 5€ y que nos permite disfrutar de muchos descuentos y eventos especiales. ¡Aquí está!:



lunes, 29 de octubre de 2012

Erasmus: Misión Stanković

Hay cosas que como mucho solo pasan una vez en la vida... ¡O dos!

El pasado martes tuve el placer de reencontrarme con uno de mis mayores ídolos, el futbolista serbio del Inter de Milán Dejan Stanković. Ya lo había visto en Barcelona con motivo de un partido de Champions contra el Barça y, de hecho, ya me hice una foto con él en esa ocasión, como también con Marco Materazzi y Samuel Eto'o. Dos años después he vuelto a tener la suerte de verle bien de cerca y, no solo eso, sino también de volver a hacerme una foto con él y que me firme su libro, Fortissimamente Io.
Me enteré de la noticia la tarde antes. Como de costumbre, entré en Twitter para echar un vistazo a las últimas noticias, y, ¡qué sorpresa al leer que al mediodía del día siguiente ''Deki'' ―como le llaman sus fans cariñosamente― iba a estar en Solo Inter, una tienda oficial de productos del equipo ubicada en el centro de Milán! Había estado lesionado y se puso en marcha esta actividad para que los fans pudieran saludarle y darle ánimos. Como tampoco tenía clase a esas horas, me presenté allí mismo sin dudarlo ni un segundo. Tuve suerte, fui de los primeros admiradores en acudir al lugar y, tras una espera de casi dos horas, durante la que se formó una cola de unas 500 personas según los medios, se produjo la tan esperada llegada:
Hice todas estas fotos con mi cámara, a excepción de la tercera, que la tomé de la web oficial del Inter (¡si os fijáis, salgo ''infiltrada'' en esa misma imagen!).
Fuimos pasando uno a uno. Prácticamente todos repetíamos la misma operación: le hacíamos entrega de algún objeto que queríamos que nos firmase  ―había quien llevaba una camiseta, una pelota, un póster...―, él estampaba su rúbrica y acto seguido se tomaba la fotografía con el admirador en cuestión. Por desgracia todo fue muy rápido... ¡Pero ahí conseguí estar y sin duda me llevé un recuerdo maravilloso!
Volví a tener un golpe de suerte. ¿Volveremos a encontrarnos, Deki?
Mi libro firmado por Dejan junto con una camiseta negra con el escudo del Inter a un lado que me compré... :-)

sábado, 27 de octubre de 2012

Erasmus: Subida al Duomo, Castello Sforzesco y...

Reencuentros. Parco Sempione. Castello Sforzesco. Subida al Duomo. Porta Ticinese. Basilica di San Lorenzo Maggiore. Fiestas en el tranvía. Máquinas expendedoras insólitas. Exposiciones en el Castello y el Palazzo Morando. La rosa camuna. Receta: carbonara con mezze maniche rigate. ETC.


Ya que una imagen vale más que mil palabras, no podía empezar esta entrada de otra forma que no fuera con esta foto con mis amigas Alba y Maria delante del Arco Della Pace. Fue fantástico poder disfrutar de su visita a Milán hace unos días y de la compañía que me brindaron. Os agradezco de todo corazón que os acercarais al norte de Italia y os aseguro que siempre que queráis volver aquí seréis bienvenidas.
Esta última semana he visitado bastantes sitios de la ciudad que todavía aún no conocía o bien que había visto muy por encima. Uno de ellos es el Parco Sempione, ubicado muy cerca del Castello Sforzesco.  Es perfecto para dar un paseo matutino y relajarse. Además, también queda muy cerca del Arco Della Pace (de hecho, se puede ver desde allí), y si os gustan las tortugas podréis verlas tomando el sol adormiladas y amontonadas en la orilla del estanque.
Aprovecho esta entrada para enseñaros unas vistas del castillo desde el interior de este a plena luz del día y una toma nocturna desde fuera. Cualquier momento es mágico para visitarlo, aunque personalmente he de decir que me gusta más de noche.

Aprovechando la visita de Maria y Alba subí al Duomo. Ya lo hice anteriormente, cuando visité la ciudad hace cuatro años, pero tenía ganas de repetir la experiencia. Lamentablemente los precios son un poco elevados, la subida a pie cuesta 7€ y con el ascensor 12€, pero vale la pena hacerlo ni que sea una vez en la vida. Entre estas dos opciones yo optaría por la primera, la subida a pie, no solo porque es más económica sino porque además vale la pena ir subiendo los escalones de mármol e irse parando por los diferentes puntos de interés. Es más bonito y natural. ¿Qué gracia tiene coger un ascensor? ¡Encima cuesta casi el doble!

Aún no os he hablado de Porta Ticinese: es una de las seis puertas principales de Milán, donde además se encuentran algunos bares y restaurantes a los que acudir por la noche. Muchos jóvenes se reúnen allí a diario cuando se pone el sol. Sin embargo, es un punto de interés turístico también por el día: no hay que perderse las Columnas de San Lorenzo y la Basilica di San Lorenzo Maggiore, en la que además podemos encontrar una réplica de la Última Cena.

Además, en Porta Ticinese, también conocida como Via dell'Ironia, podemos encontrar muchas reflexiones y frases escritas en las paredes como estas:


Y por último, la puerta de este largo paseo de pinturas y reivindicaciones:

Las hay que son muy bonitas e inspiradoras, algunas son más bien humorísticas y otras son... Simplemente son, jajaja. Pero si queréis que os enseñe algo insólito que presencié el otro día, aquí lo tenéis:
Un tranvía que ofrece un servicio especial de fiestas. Ya había visto el ATMosfera, un tranvía de color verde que es un restaurante que ofrece un tour por el centro de la ciudad, pero esto no. Parece ser que se puede alquilar un tranvía para montar una fiesta con 'deejay' incluido y con o sin catering. Eso sí, no baja de los 400€, pero si se alquila entre unas 30 personas acaba saliendo más o menos asequible. Si queréis leer más información acerca de cómo alquilar un tranvía del ATM, haced clic aquí.

Seguimos con las cosas insólitas. En la Stazione Centrale de Milán hay una máquina expendedora de productos electrónicos de Media World (Media Markt en España). Ya había visto una máquina de libros en Cadorna que me había llamado la atención; eso aún se puede entender pero ¿una máquina en la que introduces una cantidad de dinero determinada y de la que te sale un iPhone, teléfonos móviles, una máquina de afeitar o unos cascos para escuchar música? ¡¡Ver para creer!! El servicio se llama Media World to GO y de momento solo lo he visto en Centrale.



Ayer asistí a tres exposiciones gratuitas. La primera de ellas se titulaba Da Pinocchio a Harry Potter: 150 anni di illustrazione italiana dall'Archivio Salani, 1862-2012. Se encontraba en la Sala Viscontea del Castello Sforzesco (donde hay varios museos, por cierto), y durante un buen rato pude disfrutar de las diferentes obras que había expuestas allí, de principios del siglo XX hasta de más actuales. Todas valieron mucho la pena y no dejé de tomar fotos durante toda la visita.


Además, descubrí algo muy curioso: Topolino es el nombre que recibe Mickey Mouse en Italia. ¡No tenía ni idea de que se tradujera! Pero tiene sentido, ya que significa ''ratoncito''.

Más tarde acudí al Palazzo Morando, donde vi una exposición de ocho corbatas de Hermès con estampados relacionados con el mundo de la informática de lo más creativas y originales (de hecho, una de ellas estaba diseñada como para que pudieras guardar un pendrive detrás). También había una sala donde se proyectaban en una gran pantalla todos los diferentes estampados de la serie de corbatas, de modo que al pasar por delante se movían y parecía que te siguieran.


Patio interior del palacio:

Cuando terminé de ver la exposición subí las escaleras y descubrí otra muestra de cuadros que mostraban paisajes antiguos de Milán, algunos retratos y ropa de hace siglos distribuidos por diferentes salas en las que además no faltaba la presencia de algunas esculturas, frescos y mobiliario de lujo. Todo era precioso y valió muchísimo la pena verlo.

Más: llevo desde que llegué a Milán queriendo comprarme una bandera de la Lombardía (más que la de Milán, que es idéntica a la de Inglaterra), y pese a mi esfuerzo por encontrarla y la de veces que tienda por tienda pregunté si la tenían, nunca la encontré. ¿Por qué la bandera de la Lombardía? Bueno, aparte de que tengo la bandera de Catalunya en mi habitación de aquí, es una región que me fascina (y que estoy deseando seguir conociendo más a fondo) y su bandera la veo por todas partes: en la puerta de la facultad, en diferentes servicios y establecimientos... Pero además, me encanta su símbolo, la rosa camuna. Incluso me planteo tatuármela, ya que siempre me ha acompañado en mi estancia en el norte de Italia y me encanta como símbolo. Y sí, la idea ahí está, aunque seguramente no acabe haciéndolo (ya se verá). Aquí la tenéis:
¡Me encanta! Es enorme y solo me costó 9€. Decorará mi habitación cuando vuelva a L'Hospitalet...

Y pese a no ser un as de los fogones, sigo intentando mejorar mis dotes culinarias. Os enseño lo que he cocinado hoy: carbonara con mezze maniche rigate. Un amigo italiano me enseñó esta receta hace algún tiempo y hoy la he puesto en práctica. ¡Y así de bien que me ha salido! :-)


Tiene buena pinta, ¿verdad? Os aseguro que estaba delicioso. Como ya os he dicho la pasta escogida se llama ''mezze maniche rigate'' (medias mangas con líneas vendría a ser la traducción literal). Necesitamos esta pasta, panceta, queso parmesano (parmigiano reggiano) rayado, huevos y, cómo no, ganas de cocinar. Primero echamos la pasta en una olla con agua hirviendo y mientras tanto batimos el huevo junto con el queso rayado. Cuando falte poco para que las ''medias mangas'' estén listas comenzamos a freír la panceta en una sartén, la misma en la que más tarde añadiremos la pasta y la moveremos de modo que la carne quede dentro de esta. Cuando todo esté mezclado y lo suficientemente caliente apagaremos el fuego y por último verteremos la mezcla obtenida de batir los huevos y añadir el queso sobre nuestra pasta con la panceta. No hace falta calentarlo: como podréis observar, se derretirá con el calor. ¡Y eso es todo! Conseguiréis hacer un plato delicioso que no tiene mucha complicación en un tiempo estimado de media hora como mucho. Ya me contaréis qué tal si lo lleváis en práctica.

Y para acabar, una cosa más: ¡ya he enviado mi ''learning agreement'' definitivo! Acabé cambiando alguna cosa: la asignatura de literatura italiana no acababa de gustarme (además, la profesora no acababa de estar de acuerdo con que la cursara porque no estaré todo el año), y al final acabé cambiándola por una de traducción del italiano al español (ya hago una ES-IT, por cierto). Fui a ver al coordinador de Milán, me lo firmó y ya lo mandé a la UAB junto con el certificado de llegada. ¡Un trámite menos! Espero que ahora no me vayan a poner pegas en Barcelona. Crucemos los dedos.


Y hablando de Barcelona... ¡¡¡Hace unos días compré unos vuelos para pasar la Navidad allí!!! Llegaré el 21 de diciembre al mediodía y me iré el 31 de buena mañana. Y sí, es una lástima no poder quedarme para Nochevieja, pero si lo hacía me costaba muy, muy caro, y al final todo me salió por 44€ con Ryanair, desde Orio al Serio (Bérgamo) hasta Barcelona El Prat, ida+vuelta. ¡¡Qué ganas tengo de ver a mi familia y a mis amigos de toda la vida!! He pasado por algunos momentos delicados y tengo mis altibajos, necesito estar con ellos para que me den toda la fuerza y el cariño que a veces, por muy bien que esté con mis nuevos amigos, me falta. Así que al igual que el turrón, Sara vuelve a casa por Navidad. :-)