domingo, 8 de junio de 2014

Descubriendo Alemania: Münster, Köln, Dortmund

No hay nada mejor que viajar a un país desconocido para olvidarte de todo, aprender cosas nuevas y empezar de cero con energías renovadas y mucho optimismo. En esta ocasión mi destino fue Alemania, concretamente la hermosa Renania del Norte-Westfalia (Nordrhein-Westfalen). La ruta comenzó con mi aterrizaje en el aeropuerto de Düsseldorf, aunque me instalé en Senden (muy cerca de Münster) y en total visité tres ciudades: Münster, Colonia y Dortmund.
Mi primera parada fue Köln (Colonia), la cuarta ciudad más grande de Alemania, ubicada a orillas del río Rin.
De esta ciudad hay que visitar obligatoriamente su majestuosa catedral (Kölner Dom); de 7.914 metros cuadrados y de estilo gótico, sin duda no nos dejará indiferentes, tanto por dentro como por fuera. Como curiosidad, hay que destacar que comenzó a construirse en 1248 y se terminó 632 años más tarde, en 1880.

Cruzando el río encontramos el puente Hohenzollern, que a su vez se halla muy cerca del Museo del chocolate (Imhoff-Schokoladenmuseum), que tuve el placer de visitar y que recomiendo para los más golosos (incluye una pequeña degustación).
Allí mismo también encontramos la plaza Fischmarkt, con sus inconfundibles y hermosas casas de colores y la iglesia Gross Sankt Martin al fondo.
Cabe decir que Colonia también es una ciudad para la moda, y es que la calle Schildergasse, con todas sus numerosas tiendas de renombre tanto nacional como internacional hará las delicias de los adictos a las compras.
Como ya avanzaba antes también estuve en Dortmund, pero debo admitir y aclarar que a falta de tiempo solo lo hice de paso, aunque espero poder volver tarde o temprano y así ponerle remedio. Visité el museo del Borussia Dortmund y pude ver el estadio desde el exterior, aunque no nos permitieron entrar. Sin embargo, tengo que decir que el museo me sorprendió muy positivamente, explicaba la historia del equipo exhaustivamente con una gran cantidad de objetos de todo tipo: copas, banderines, periódicos, camisetas antiguas... Hasta un sujetador (larga historia). Además, contaba con varios futbolines con muñecos amarillos y negros (100% BVB) e incluso con una pequeña sala con un karaoke con canciones del equipo.

La tienda de merchandising también me resultó de lo más curiosa: no solo porque justo delante del establecimiento había colocado un muro con una especie de reja donde los fans dejaban candados con su nombre para jurar ''amor verdadero'' (ecthe Liebe) a su equipo (¡sí que ha llegado lejos lo de Moccia!), sino por la variedad de objetos que allí se vendían. Desde ropa de bebé de todo tipo con los colores del equipo hasta tapas de váter con el escudo, pasando por bebidas energéticas, ropa interior, bañadores y peluches de abejitas; todo amarillo y negro, obviamente.

Después de la visita me reuní en el restaurante Strobels (justo al lado del estadio) con algunos amigos. Fue una tarde estupenda, que concluimos en Herr Walter, un pub en forma de barco que se encuentra amarrado en el río, en una zona llena de arena, palmeras y tumbonas, como si se tratara de una playa, y donde grupos alternativos hacen actuaciones. La verdad es que me pareció un sitio muy curioso y al que vale la pena ir a pasar el rato si estáis por allí.

Y por último, y no por ello menos importante sino todo lo contrario, Münster; conocida por ser la ciudad de las bicicletas y un destino de muchos estudiantes, fue sin duda mi favorita de la ruta.
No podía dejar de hacer fotos a cada momento porque me maravillaba todo lo que divisaba a medida que me adentraba en el corazón de la urbe.
Creo que nunca he visto unos edificios tan bonitos en una ciudad que cuenta con más de 280.000 habitantes, donde se respira tanta vida pero a la vez tanta tranquilidad. Una ciudad que, pese a contar con una gran cantidad de tiendas y servicios está poblada de árboles y muchos espacios naturales. No me resulta extraño que Münster ganase en 2004 el premio a la mejor ciudad donde vivir del mundo en la categoría de ciudades de entre 200.000 y 750.000 habitantes (''Livcom Awards'').
Como lugares a destacar encontramos principalmente el Mercado Principal (Prinzipalmarkt), una calle donde hermosos edificios históricos conviven en perfecta armonía con tiendas de lujo modernas y diferentes cafeterías; la Iglesia de San Lamberto (St. Lamberti) y la Catedral de San Pablo (St.-Paulus-Dom), el ayuntamiento (Rathaus), que se trata de un hermoso edificio gótico y el castillo (Schloss), donde antiguamente residió el obispo y que actualmente es la sede de la Universidad de Münster. Justamente allí se encuentra un hermoso jardín botánico, y muy cerca el Promenade, un paseo con muchos árboles y un bonito lago.
Y dejando a un lado lo preciosa que me resultó la ciudad, también tengo que decir que en la heladería Firenze (Eiscafé Firenze) de Münster me comí uno de los mejores helados de mi vida. Le llamaban ''helado de espaguetis'' porque al cortarlo hacía esa forma.
También tengo que nombrar algo que me impactó: había algún párking cuyo uso era exclusivo para bicicletas. ¡Qué cívicos! Fueron cinco días que se me pasaron volando. No solo vi hermosos lugares que jamás imaginé sino que además hice cosas que nunca antes había hecho, como ir en moto. Sí, puedo afirmar que mi primera vez en este vehículo fue en Senden, por aquel tranquilo pueblo de ensueño formado por tantas casitas y hermosos bosques. Vielen Dank, Deutschland!