lunes, 29 de octubre de 2012

Erasmus: Misión Stanković

Hay cosas que como mucho solo pasan una vez en la vida... ¡O dos!

El pasado martes tuve el placer de reencontrarme con uno de mis mayores ídolos, el futbolista serbio del Inter de Milán Dejan Stanković. Ya lo había visto en Barcelona con motivo de un partido de Champions contra el Barça y, de hecho, ya me hice una foto con él en esa ocasión, como también con Marco Materazzi y Samuel Eto'o. Dos años después he vuelto a tener la suerte de verle bien de cerca y, no solo eso, sino también de volver a hacerme una foto con él y que me firme su libro, Fortissimamente Io.
Me enteré de la noticia la tarde antes. Como de costumbre, entré en Twitter para echar un vistazo a las últimas noticias, y, ¡qué sorpresa al leer que al mediodía del día siguiente ''Deki'' ―como le llaman sus fans cariñosamente― iba a estar en Solo Inter, una tienda oficial de productos del equipo ubicada en el centro de Milán! Había estado lesionado y se puso en marcha esta actividad para que los fans pudieran saludarle y darle ánimos. Como tampoco tenía clase a esas horas, me presenté allí mismo sin dudarlo ni un segundo. Tuve suerte, fui de los primeros admiradores en acudir al lugar y, tras una espera de casi dos horas, durante la que se formó una cola de unas 500 personas según los medios, se produjo la tan esperada llegada:
Hice todas estas fotos con mi cámara, a excepción de la tercera, que la tomé de la web oficial del Inter (¡si os fijáis, salgo ''infiltrada'' en esa misma imagen!).
Fuimos pasando uno a uno. Prácticamente todos repetíamos la misma operación: le hacíamos entrega de algún objeto que queríamos que nos firmase  ―había quien llevaba una camiseta, una pelota, un póster...―, él estampaba su rúbrica y acto seguido se tomaba la fotografía con el admirador en cuestión. Por desgracia todo fue muy rápido... ¡Pero ahí conseguí estar y sin duda me llevé un recuerdo maravilloso!
Volví a tener un golpe de suerte. ¿Volveremos a encontrarnos, Deki?
Mi libro firmado por Dejan junto con una camiseta negra con el escudo del Inter a un lado que me compré... :-)

sábado, 27 de octubre de 2012

Erasmus: Subida al Duomo, Castello Sforzesco y...

Reencuentros. Parco Sempione. Castello Sforzesco. Subida al Duomo. Porta Ticinese. Basilica di San Lorenzo Maggiore. Fiestas en el tranvía. Máquinas expendedoras insólitas. Exposiciones en el Castello y el Palazzo Morando. La rosa camuna. Receta: carbonara con mezze maniche rigate. ETC.


Ya que una imagen vale más que mil palabras, no podía empezar esta entrada de otra forma que no fuera con esta foto con mis amigas Alba y Maria delante del Arco Della Pace. Fue fantástico poder disfrutar de su visita a Milán hace unos días y de la compañía que me brindaron. Os agradezco de todo corazón que os acercarais al norte de Italia y os aseguro que siempre que queráis volver aquí seréis bienvenidas.
Esta última semana he visitado bastantes sitios de la ciudad que todavía aún no conocía o bien que había visto muy por encima. Uno de ellos es el Parco Sempione, ubicado muy cerca del Castello Sforzesco.  Es perfecto para dar un paseo matutino y relajarse. Además, también queda muy cerca del Arco Della Pace (de hecho, se puede ver desde allí), y si os gustan las tortugas podréis verlas tomando el sol adormiladas y amontonadas en la orilla del estanque.
Aprovecho esta entrada para enseñaros unas vistas del castillo desde el interior de este a plena luz del día y una toma nocturna desde fuera. Cualquier momento es mágico para visitarlo, aunque personalmente he de decir que me gusta más de noche.

Aprovechando la visita de Maria y Alba subí al Duomo. Ya lo hice anteriormente, cuando visité la ciudad hace cuatro años, pero tenía ganas de repetir la experiencia. Lamentablemente los precios son un poco elevados, la subida a pie cuesta 7€ y con el ascensor 12€, pero vale la pena hacerlo ni que sea una vez en la vida. Entre estas dos opciones yo optaría por la primera, la subida a pie, no solo porque es más económica sino porque además vale la pena ir subiendo los escalones de mármol e irse parando por los diferentes puntos de interés. Es más bonito y natural. ¿Qué gracia tiene coger un ascensor? ¡Encima cuesta casi el doble!

Aún no os he hablado de Porta Ticinese: es una de las seis puertas principales de Milán, donde además se encuentran algunos bares y restaurantes a los que acudir por la noche. Muchos jóvenes se reúnen allí a diario cuando se pone el sol. Sin embargo, es un punto de interés turístico también por el día: no hay que perderse las Columnas de San Lorenzo y la Basilica di San Lorenzo Maggiore, en la que además podemos encontrar una réplica de la Última Cena.

Además, en Porta Ticinese, también conocida como Via dell'Ironia, podemos encontrar muchas reflexiones y frases escritas en las paredes como estas:


Y por último, la puerta de este largo paseo de pinturas y reivindicaciones:

Las hay que son muy bonitas e inspiradoras, algunas son más bien humorísticas y otras son... Simplemente son, jajaja. Pero si queréis que os enseñe algo insólito que presencié el otro día, aquí lo tenéis:
Un tranvía que ofrece un servicio especial de fiestas. Ya había visto el ATMosfera, un tranvía de color verde que es un restaurante que ofrece un tour por el centro de la ciudad, pero esto no. Parece ser que se puede alquilar un tranvía para montar una fiesta con 'deejay' incluido y con o sin catering. Eso sí, no baja de los 400€, pero si se alquila entre unas 30 personas acaba saliendo más o menos asequible. Si queréis leer más información acerca de cómo alquilar un tranvía del ATM, haced clic aquí.

Seguimos con las cosas insólitas. En la Stazione Centrale de Milán hay una máquina expendedora de productos electrónicos de Media World (Media Markt en España). Ya había visto una máquina de libros en Cadorna que me había llamado la atención; eso aún se puede entender pero ¿una máquina en la que introduces una cantidad de dinero determinada y de la que te sale un iPhone, teléfonos móviles, una máquina de afeitar o unos cascos para escuchar música? ¡¡Ver para creer!! El servicio se llama Media World to GO y de momento solo lo he visto en Centrale.



Ayer asistí a tres exposiciones gratuitas. La primera de ellas se titulaba Da Pinocchio a Harry Potter: 150 anni di illustrazione italiana dall'Archivio Salani, 1862-2012. Se encontraba en la Sala Viscontea del Castello Sforzesco (donde hay varios museos, por cierto), y durante un buen rato pude disfrutar de las diferentes obras que había expuestas allí, de principios del siglo XX hasta de más actuales. Todas valieron mucho la pena y no dejé de tomar fotos durante toda la visita.


Además, descubrí algo muy curioso: Topolino es el nombre que recibe Mickey Mouse en Italia. ¡No tenía ni idea de que se tradujera! Pero tiene sentido, ya que significa ''ratoncito''.

Más tarde acudí al Palazzo Morando, donde vi una exposición de ocho corbatas de Hermès con estampados relacionados con el mundo de la informática de lo más creativas y originales (de hecho, una de ellas estaba diseñada como para que pudieras guardar un pendrive detrás). También había una sala donde se proyectaban en una gran pantalla todos los diferentes estampados de la serie de corbatas, de modo que al pasar por delante se movían y parecía que te siguieran.


Patio interior del palacio:

Cuando terminé de ver la exposición subí las escaleras y descubrí otra muestra de cuadros que mostraban paisajes antiguos de Milán, algunos retratos y ropa de hace siglos distribuidos por diferentes salas en las que además no faltaba la presencia de algunas esculturas, frescos y mobiliario de lujo. Todo era precioso y valió muchísimo la pena verlo.

Más: llevo desde que llegué a Milán queriendo comprarme una bandera de la Lombardía (más que la de Milán, que es idéntica a la de Inglaterra), y pese a mi esfuerzo por encontrarla y la de veces que tienda por tienda pregunté si la tenían, nunca la encontré. ¿Por qué la bandera de la Lombardía? Bueno, aparte de que tengo la bandera de Catalunya en mi habitación de aquí, es una región que me fascina (y que estoy deseando seguir conociendo más a fondo) y su bandera la veo por todas partes: en la puerta de la facultad, en diferentes servicios y establecimientos... Pero además, me encanta su símbolo, la rosa camuna. Incluso me planteo tatuármela, ya que siempre me ha acompañado en mi estancia en el norte de Italia y me encanta como símbolo. Y sí, la idea ahí está, aunque seguramente no acabe haciéndolo (ya se verá). Aquí la tenéis:
¡Me encanta! Es enorme y solo me costó 9€. Decorará mi habitación cuando vuelva a L'Hospitalet...

Y pese a no ser un as de los fogones, sigo intentando mejorar mis dotes culinarias. Os enseño lo que he cocinado hoy: carbonara con mezze maniche rigate. Un amigo italiano me enseñó esta receta hace algún tiempo y hoy la he puesto en práctica. ¡Y así de bien que me ha salido! :-)


Tiene buena pinta, ¿verdad? Os aseguro que estaba delicioso. Como ya os he dicho la pasta escogida se llama ''mezze maniche rigate'' (medias mangas con líneas vendría a ser la traducción literal). Necesitamos esta pasta, panceta, queso parmesano (parmigiano reggiano) rayado, huevos y, cómo no, ganas de cocinar. Primero echamos la pasta en una olla con agua hirviendo y mientras tanto batimos el huevo junto con el queso rayado. Cuando falte poco para que las ''medias mangas'' estén listas comenzamos a freír la panceta en una sartén, la misma en la que más tarde añadiremos la pasta y la moveremos de modo que la carne quede dentro de esta. Cuando todo esté mezclado y lo suficientemente caliente apagaremos el fuego y por último verteremos la mezcla obtenida de batir los huevos y añadir el queso sobre nuestra pasta con la panceta. No hace falta calentarlo: como podréis observar, se derretirá con el calor. ¡Y eso es todo! Conseguiréis hacer un plato delicioso que no tiene mucha complicación en un tiempo estimado de media hora como mucho. Ya me contaréis qué tal si lo lleváis en práctica.

Y para acabar, una cosa más: ¡ya he enviado mi ''learning agreement'' definitivo! Acabé cambiando alguna cosa: la asignatura de literatura italiana no acababa de gustarme (además, la profesora no acababa de estar de acuerdo con que la cursara porque no estaré todo el año), y al final acabé cambiándola por una de traducción del italiano al español (ya hago una ES-IT, por cierto). Fui a ver al coordinador de Milán, me lo firmó y ya lo mandé a la UAB junto con el certificado de llegada. ¡Un trámite menos! Espero que ahora no me vayan a poner pegas en Barcelona. Crucemos los dedos.


Y hablando de Barcelona... ¡¡¡Hace unos días compré unos vuelos para pasar la Navidad allí!!! Llegaré el 21 de diciembre al mediodía y me iré el 31 de buena mañana. Y sí, es una lástima no poder quedarme para Nochevieja, pero si lo hacía me costaba muy, muy caro, y al final todo me salió por 44€ con Ryanair, desde Orio al Serio (Bérgamo) hasta Barcelona El Prat, ida+vuelta. ¡¡Qué ganas tengo de ver a mi familia y a mis amigos de toda la vida!! He pasado por algunos momentos delicados y tengo mis altibajos, necesito estar con ellos para que me den toda la fuerza y el cariño que a veces, por muy bien que esté con mis nuevos amigos, me falta. Así que al igual que el turrón, Sara vuelve a casa por Navidad. :-)

sábado, 13 de octubre de 2012

Erasmus: La Febbre del Sabato Sera + La Bohème


Musical: La Febbre del Sabato Sera (Teatro Nazionale). Ópera: La Bohème (Teatro Alla Scala). Because I am a girl (Galleria Vittorio Emanuele II). Torre Velasca. Giardino della Guastalla. Etc.

Esta semana he tenido la oportunidad de asistir a dos obras teatrales; un musical y una ópera. La primera tuvo lugar el pasado miércoles, 10 de octubre; un buen amigo de clase nos regaló un par de invitaciones a una amiga, Giulia, y a mí para ver el musical de La Febbre del Sabato Sera (Fiebre del sábado noche, Saturday Night Fever) en el Teatro Nazionale, así que no nos lo pensamos dos veces y allí acudimos. ¡Gracias, Tommi! La verdad es que fue un espectáculo increíble de principio a fin, me quedé sin palabras. Las canciones eran las mismas de la película pero traducidas al italiano, las coreografías eran fantásticas, la escenografía era sublime, los efectos visuales no dejaron de ser sorprendentes en ningún momento... Me quedé con unas ganas de repetir increíbles. El hecho de que todos los diálogos fueran en italiano y poder estar viéndolo allí, en Milán, me resultó mágico. Me encantaba pensar que estaba allí y ver que lo entendía todo sin problemas, no paré de divertirme de principio a fin.
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En cambio ayer viernes, 12 de octubre, fui al Teatro Alla Scala para disfrutar de mi primera ópera: La Bohème, de Giacomo Pucini. Hacía tiempo que tenía pensado acudir a uno de los teatros más importantes del mundo, y gracias a mi amiga Betina conseguí hacerlo ayer por la tarde: después de hacer cola pudimos comprar las entradas por tan solo 12 euros cada una.
Estamos hablando de un prestigioso teatro en el que los precios de los espectáculos suelen oscilar entre los 70 y los 200€, sin embargo si se acude a la billetería el mismo día de la representación a una hora concreta pueden conseguirse tiradas de precio. Fue maravilloso de principio a fin. El teatro en sí, las voces de los artistas como la de Vittorio Grigolo, la orquesta...
La escenografía era inmejorable y sorprendente, no paraban de suceder cosas inesperadas: un caballo que entraba y salía de repente, nieve que parecía real... Me encantó. Realmente valió la pena. Además, delante de cada asiento teníamos una pequeña pantalla con el texto tanto en italiano como traducido al inglés, para no perdernos ni un detalle.
¡Ahí estuve yo!
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Podría decirse que últimamente no he parado quieta, que en el mes que llevo aquí (a falta de dos días) he hecho más cosas que en todo el año en Barcelona. El pasado miércoles 11, además, con motivo del día internacional de las niñas tuvo lugar una especie de flashmob/manifestación en la Galleria Vittorio Emanuele II. Iba paseando por allí después de haber comprado un libro muy interesante con expresiones en milanés y su traducción y de repente me di cuenta de que la cúpula estaba iluminada de color lila y, además, muchas personas estaban reunidas en el centro de la galería. Una chica se acercó a mí y me preguntó si quería participar; solo tenía que ponerme una camiseta de color blanca en la que estaba escrito: ''Plan'' (la ONG que lo organizó y que se encarga de ayudar a los niños en países en vías de desarrollo) y ''Because I am a girl'', el lema de la causa. Chicos y chicas, jóvenes y mayores nos concentramos en el centro de la galería con las camisetas puestas y el puño en alto para que nos tomaran unas fotos todos juntos, imágenes que se irán subiendo a Internet junto a las manifestaciones de las diferentes ciudades en las que también se celebró, como Nueva York. He descubierto una foto en la que incluso salgo yo, aunque tal vez no se me reconoce (pista: buscadme por la derecha, más bien por abajo que por arriba). Aquí la tenéis:
Era una grandísima causa que merecía que me uniera, y así lo hice. Todo sea por los derechos de las niñas que por desgracia en estos tiempos aún siguen siendo explotadas y no tienen acceso a unos estudios y una educación adecuadas. Ojalá algún día todas estas injusticias desaparezcan y que las lágrimas que broten de sus ojos sean de felicidad, no de impotencia ni de tristeza.
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Una mañana que no tenía clase aproveché para seguir haciendo turismo por la ciudad (como voy a estar varios meses me lo tomo ''piano piano''). A pesar de que la idea era ir a ver la Torre Velasca, no solo vi dicho clásico de la arquitectura moderna sino que además acabé encontrando otros lugares muy interesantes por allí cerca, como la Piazza Missori y el monumento al militar Giuseppe Missori, él mismo subido en su caballo, y La Cripta di San Giovanni in Conca, la emblemática pastelería Giovanni Galli y los tan creativos (y apetitosos) dulces de los escaparates, vi la universidad Statale y sus jardines, la iglesia de San Bernardino alle Ossa, la Biblioteca Comunale Centrale y un parque llamado Giardino della Guastalla, muy tranquilo y agradable, en el que hice algunas fotos. Fue una mañana completa y productiva. Esta ciudad es una caja de sorpresas. Adjunto algunas fotos de una jornada que no me dejó indiferente a fin de poder ilustrar lo que justo acabo de relatar:



¿Cuál será mi próxima aventura? ¡Tengo todavía tantos lugares pendientes por visitar y tantas ganas de vivir! Me despido por ahora, no sin antes dejaros una foto de mi nueva adquisición: A Milano si dice così de Eugenio Restelli; expresiones en milanés con su traducción y su origen. Además, me vino de regalo un par de calendarios en milanés para el 2013. A este paso aprenderé esa hermosa lengua (¡que no dialecto!) que por desgracia ya casi ha desaparecido. Me parece que no será el único libro en milanés (o acerca de este habla) que me compre. ¡Próximamente, nuevas adquisiciones!


Piutost che nient l'è mej piutost!

domingo, 7 de octubre de 2012

Erasmus: Vuelta al ''cole'' a la milanesa

Mis primeros días de universidad en Milán.

El pasado lunes 1 de octubre empecé las clases en mi nueva facultad, la Carlo Bo. Ya la había visitado un par de veces desde que llegué a Milán a fin de formalizar mi estancia como estudiante Erasmus, pero aún no había entrado en contacto con la gente que allí me esperaba y evidentemente desconocía cómo se desarrollarían las clases (y todo en general).

Aquella mañana de lunes entré en la facultad y me abrí paso entre todos aquellos desconocidos de primero, segundo y tercero (aquí tienen lo que se conoce como laurea triennale: en Italia las carreras duran tres años, a diferencia de España, donde son de cuatro). Busqué mi aula y, al llegar, vi a algunos alumnos en la puerta. Les pregunté si aquella era la clase de terminologías técnicas en inglés y me senté con ellos. Desde el primer momento me cayeron muy bien y me sentí muy acogida. Es más, cuando por momentos entré en pánico al ver que tendría que saber definir en inglés una larga lista de empresas italianas y otros conceptos muy técnicos que hasta la fecha desconocía, una compañera me dijo que no me preocupase, que ellos me ayudarían si tenía algún problema. Al acabar aquella primera lección continué charlando con algunos de mis nuevos compañeros; incluso almorzamos juntos. Ellos eran Giulia, Matteo y Tommaso. Poco después también conocí a Noemi. ¡Qué simpáticos fueron todos conmigo!
El martes tuve una clase de literatura italiana contemporánea de buena mañana que rompió todos mis esquemas; ¡qué rematadamente difícil pinta! Tendré que leerme libros del ottocento y del novecento escritos en un italiano like a Sir; sí, textos que a duras penas un nativo logra entender. De todas formas, espero no tener ningún problema: sé que si me esfuerzo puedo conseguirlo (si ya he llegado hasta donde estoy, ¿por qué me voy a derrumbar con esto?). De momento ya he empezado a leerme el primer libro de la larga lista de obras que tendré que trabajar: Uno, nessuno e centomila de Luigi Pirandello. De momento (solo de momento) lo entiendo bastante bien. Después de esta clase intenté volver a casa, pero había huelga de metro y tuve que coger un bus y acto seguido un tranvía para acabar en la Piazza del Duomo. ¡Era imposible volver a casa! Comí allí y a las tres, cuando se reestableció el servicio, me volví a la universidad. ¡Menudo caos en el metro, no cabía ni un alfiler!


Aprovecho para enseñaros mi tarjeta electrónica de ATM, que en unos 15 días ya pude pasar a recogerla. Por ser estudiante o menor de 26 años, por 17€ al mes tienes acceso ilimitado a todos los transportes públicos de Milán. No tienes que introducir la tarjeta en la máquina; con pasar el bolso o el monedero ya te abre la puerta:
Eso sí, no sé por qué poco después de recogerla mi foto de carné empezó a borrarse, ¡y ahora no se me ve la cara! En fin, qué más dará...

Como os iba diciendo, aquel martes por la tarde tuve una clase de traducción del español al italiano (traducción inversa para mí); a pesar de ser una clase del primer año, el nivel era altísimo; tuve que traducir al italiano palabras y expresiones como ''acuciar'', ''investir'' y ''hacer hincapié'' (y encima sin diccionario). ¡Dios mío, que alguien me saque de aquí! Además, al ser nativa y parece ser que también la única Erasmus de la facultad (es pequeña, en total seremos unos 150 estudiantes) los profesores me preguntan muchas veces cómo se dice algo en castellano, o cómo lo definiría, y a veces es un ''¡tierra, trágame!'' en toda regla. El miércoles no tenía ninguna clase (aunque aproveché para ponerme al día con las tres asignaturas que hago a distancia), y el jueves solo tuve una clase de interpretación del español al italiano. En un principio también tenía una asignatura de psicología de la comunicación que escogí, pero desgraciadamente al final no podré hacerla porque pertenece al segundo semestre. ¡Lástima!

Pese a haber trabajado como intérprete de enlace en los torneos de fútbol, nunca había hecho una interpretación consecutiva con un bloc de notas en el que tenía que mezclar toda una serie de abreviaturas y dibujos para tomar nota de un discurso e interpretarlo. A pesar de que hay algunos símbolos de uso común (podría decirse ''internacionales''), en general son bastante personales; por ejemplo, la mayoría de alumnos representaba España con una E y un círculo, mientras que yo opté por hacerlo con una Ñ (typical Spanish). Al ser una asignatura en mi idioma no tengo problemas para entender el mensaje, en todo caso para tomar nota y explicarlo en italiano... Pero espero que vaya bien. El viernes tuve otra clase de terminología, pero esta vez en español, y la profesora me pidió que les explicase qué era una perra gorda (fuera de contexto puede sonar un tanto peculiar), una moneda antigua, pero tampoco avanzamos mucho.

A pesar de cursar solo cinco asignaturas presenciales (más las tres a distancia), creo que tendré faena para rato. ¡Madre mía, qué complicadas son prácticamente todas las asignaturas! Pero tengo la sensación de que a pesar de las dificultades podré llevarme el gato al agua. Solo tengo que confiar en mí misma y trabajar duro. ¿Lo haré? Espero que sí.

Tengo claro qué es lo que más me ha gustado de la facultad, y con diferencia: mis compañeros. ¡Son todos la mar de majos y abiertos! Pensaba que a pesar de ser bastante extrovertida tal vez tendría dificultades para hacer amigos, ya que al ser nueva en un sitio donde todo el mundo se conoce y ya tienen sus grupos no es que sea fácil, pero no ha sido así, sino todo lo contrario. La noche del jueves y la del viernes tuve el placer de compartir una velada de lo más divertida con todos ellos: el primer día fui con Giulia y Noemi a un restaurante oriental y a una cervecería, y el segundo, con ellas y con Matteo, Tommaso, Sarah y Bianca al centro social Leoncavallo. ¡Qué bien me lo pasé en ambas ocasiones! Ya tengo ganas de repetir.

Y hasta aquí, mi primera semana de clases. ¿Mejorable? ¡Yo diría que mejor imposible! :-)

miércoles, 3 de octubre de 2012

Erasmus: Excursión a Como y Brunate

El domingo pasado tuve el placer de pasar un día magnífico en compañía de unas personas maravillosas. Ellos son Betina, de Brasil; Karina, de México; Lina y Juan, de Colombia; Jorge y Ernesto, de Perú; y Juanlu, de Madrid. Tomamos un tren de buena mañana en la estación de tren de Milano Cadorna en dirección a Como Lago. Después de poco más de media hora de trayecto, llegamos a un lugar sencillamente maravilloso: Como, concretamente la parte donde se encuentra el lago.
Me sentí una privilegiada al poder pasear por aquellos senderos inexplorados por tantos turistas que ni siquiera conocen la existencia de esta hermosa localidad. Y sí, nos llovió un poco, pero por suerte enseguida volvió a salir el sol. Después de un espléndido paseo por el lago, tomamos un funicular que nos dejaría en Brunate. Y cómo no, los paisajes que vimos durante el trayecto eran maravillosos.
Una vez llegamos a nuestro destino seguimos deleitándonos con los secretos que esconde la Lombardía, la región donde habito actualmente, sobre todo a la hora de comer: encontramos un restaurante delante de lo que podría catalogarse como mirador con vistas a los lagos y las montañas. Incluso vimos una carrera de barquitos. El dueño del restaurante y el camarero eran muy simpáticos y divertidos. Me sentí como si estuviera comiendo en casa (en mi casa de Barcelona, claro). Y me hizo gracia un cartel que tenían puesto en el cristal del local: ''Hello stranger, goodbye my friend''. Me encanta.
Allí pude degustar varios tipos de carne ―todos deliciosos―, patatas asadas y la polenta, un plato muy típico del norte de Italia hecho a base de harina de maíz amarillo. De hecho, los habitantes del sur de Italia llaman ''polentoni'' a los del norte cuando quieren meterse con ellos ―o sencillamente bromear―, mientras que los norteños les contestan con un: ''terroni'' (de tierra). Ya veis, los rifirrafes entre norte y sur no son solo cosa de España.
Después de la comida dimos un buen paseo en dirección al Faro Voltiano. Antes de llegar vimos también la iglesia parroquial ―''chiesa parrocchiale''― de Brunate, dedicada al patrón Sant'Andrea Apostolo. ¡Menuda caminata! Tuvimos que pasar por algunos senderos bastante empinados y la verdad es que llegamos a nuestro destino bastante cansados, pero nada fue en balde; una vez en el faro, no paramos de hacer fotos de las vistas; de las montañas, del lago. Eran fantásticas.
El dueño del faro nos vio y nos dijo que aunque subir al faro valiera un euro, a nosotros nos haría un ''descuentillo'' por ser un grupo. A pesar del agotamiento general, y como el señor era bastante campechano, accedimos a subir ―total, ya que estábamos allí...―; valió muchísimo la pena. ¡Qué vistas tan hermosas! Mi cámara debió de echar humo.

Me encanta esta foto:

Acto seguido volvimos a tomar el ferrocarril rumbo a Como y descubrimos el centro de la ciudad. Vimos el Duomo, ubicado en la Piazza del Duomo ―como si se tratara de Milán―, tomamos un café en aquella misma plaza y a continuación dimos una vuelta por algunas de las calles del centro hasta que un rato después ―ya eran casi las ocho de la tarde, si no recuerdo mal, y el último tren salía sobre las nueve― tomamos el tren que nos dejaría en Cadorna; por último nos despedimos y cada uno escogió el medio de transporte y la línea que le dejaba más cerca de casa.
A pesar de que justo acabamos de conocernos y nos queda mucho por vivir en Milán, quiero agradeceros a todos vosotros estos instantes que ya hemos compartido, las anécdotas que hemos vivido hasta ahora y todo el apoyo que me habéis brindado. Espero que esto solo sea el principio de una gran aventura que, pese a que tendrá su fin cuando poco a poco tengamos que ir volviéndonos a nuestras tierras, resultará inolvidable y, a pesar de la distancia más que tangible que dentro de unos meses existirá y nos separará físicamente, espero que no lo haga emocionalmente. Qué más dará de dónde vengamos y a dónde vayamos, los amigos de verdad siempre estarán con nosotros.

Gracias por todo, chicos.