lunes, 1 de agosto de 2011

Recordando a Amy Winehouse

Aunque ya haga más de una semana que nos dejaste, no puedo permitirme dejar pasar por alto lo que te sucedió. Esta entrada que escribiré dentro de mi modesto y humilde blog seguramente se quedará corta, pero cada línea que te dedique será desde el corazón. Y sí, sé que es imposible que lo vayas a leer, pero esta es mi manera de rendirte homenaje y de respaldarte ante todo aquel que ose ofenderte, ahora que desgraciadamente ya no puedes defenderte.

El pasado 23 de julio, el mundo recibía tu prematura muerte. A pesar de que se diga que tal desenlace era de esperar, yo siempre confié en que podrías superar tus excesos y adicciones, que era absurdo pensar que tú, como desafortunadamente otros también hicieron, nos dejarías con 27 añitos.

Poco tiempo atrás había leído que estabas mejor, que te iba muy bien con tu nueva pareja y que teníais grandes planes de futuro en común. Me alegraba ver que por fin parecía ser que habías superado lo de tu ex marido Blake, y que con ello tus adicciones acabarían menguando, ya que como él mismo confesó a los medios alguna vez (Y como todos tus admiradores sabemos), fue él quien te arrastró al horrible mundo de la drogadicción y posteriormente te dejó tirada.

No querría culparle a él ni a nadie de tu muerte, ni quisiera tampoco meterme en un embrollo. Pero ¿Y si esa persona nunca hubiera aparecido en tu vida? Probablemente las cosas habrían sido muy diferentes, y seguramente aún seguirías estando con nosotros... En fin, dejemos a un lado todo esto. Eso sí: si no lo digo, reviento. Porque una persona es dueña de sus acciones, pero el amor es un monstruo que a menudo nos nubla los cinco sentidos y nos hace actuar de manera totalmente irracional. Y cuando queremos rectificar nuestros errores y volver a empezar, ya es demasiado tarde. No quiero justificar tu actitud, pero intento comprender el porqué.

Dejando por fin a un lado todas las conjeturas que me vienen a la mente, sólo me queda decir que nos ha abandonado una voz genuina, única e irrepetible. Sé que en estos últimos tiempos han aparecido otras mujeres de las que se dice que suenan prácticamente como tú... pero yo creo que no es del todo cierto, que cada una tiene su estilo característico y que, a pesar de las posibles similitudes, nunca llegarán a conseguir todos los méritos y éxitos que tú lograste con trabajo y esfuerzo, entre los que destacan seis Grammy y toda una retahíla de originales y profundas canciones con las que más de uno puede llegar a sentirse identificado. No quiero restar importancia a estas otras artistas, ya que yo también las escucho y me gustan mucho. Pero sería un error olvidar a una diva que ya no está con nosotros por la simple aparición de sus ''herederas''. De momento, estas son Dionne Bromfield, Duffy y Adele.


El tiempo dirá qué consigue cosechar cada una de ellas. Personalmente, espero que tengan suerte y que no cometan ningún error que las lleve al abismo. Sería una verdadera lástima tener que volver a sufrir una pérdida así, tan temprano, sin haber llegado ni siquiera a los 30 años. ¿Qué tendrán los 27? No es la primera vez que artistas talentosos a la par de controvertidos nos dejan con esa edad. Ejemplos de este extraño suceso son Kurt Cobain, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones... y seguro que me dejo alguno más. Macabra casualidad...

Por último, y a modo de despedida, me gustaría pedirte, Amy, que descanses en paz. Ahora que quién sabe dónde estarás, espero que no sufras más. Y a la gente le pediría una sola cosa: que nos quedemos con lo bueno de esta artista, que ha sido mucho.

Porque tu música ha significado mucho para mí, y nunca te olvidaré. Hasta siempre...


Una joven Amy Winehouse, disfrazada de Minnie Mouse.


PD: Esta es mi canción favorita...


martes, 12 de julio de 2011

Un domingo cualquiera

Salió a la calle como cualquier otro domingo por la mañana, intentando estar relajada y pensando que tenía el día libre, pero con toda una retahíla de preocupaciones en la cabeza porque al día siguiente ya sería lunes otra vez. ¡Malditos lunes! Los odiaba con todas sus fuerzas. Marcaban el inicio de la rutina y el fin de la diversión que proporcionaban los fines de semana. ¿Diversión? Hacía tiempo que Beatrice había olvidado qué era divertirse. Pasaba los días de fiesta sola, encerrada en su habitación. Ni siquiera recordaba si tenía el teléfono móvil encendido o apagado. Total, ¿Quién se iba a molestar en llamarla?

En realidad, había recibido algunas llamadas en los últimos días, pero nada intrascendente. Mamá, que le preguntaba qué tal todo en el trabajo; su padre, que intentaba sin éxito recuperar la relación con ella por enésima vez; Annika, la única persona a la que parecía importarle mínimamente; y una compañía telefónica que había contactado con ella en hora intempestiva y que lo único que logró captar fue un grito furibundo. ¿A quién se le ocurría despertarla cuando recién había conciliado el sueño?

Su gato, Balk, era su única compañía. Pocos días después de mudarse a aquella obsoleta y solitaria casa, mientras caminaba por el silencioso y agreste bosque que rodeaba su nuevo hogar, lo encontró por el camino, moribundo y tiritando de frío. Tenía ante sus pies a una pequeña bola de pelo negra, que apenas tendría una semana de vida. Se encontraba indefensa y hambrienta, y con una esperanza de vida nula si nada sucedía inmediatamente. Beatrice no sabía qué hacer, pero jamás se habría perdonado abandonar a su suerte a aquel diminuto felino. Se agachó e intentó cogerlo, pero el pequeño se hizo un paso atrás. ''No tengas miedo'', le susurró, acompañado de una tímida sonrisa. El pequeño le contestó con un leve maullido, el primero que emitía desde que se habían encontrado. Se quitó la bufanda que llevaba en aquel momento, envolvió al animal, que se quedó hecho un ovillo al sentir el contacto con la suave lana acariciando su fino y todavía escaso pelo, y lo recogió en su regazo. Al llegar a casa corrió a la nevera, sin perder de vista al pequeño bebé, que permanecía inmóvil en el sofá y todavía acomodado en aquella cálida lana escocesa. Lo alimentó como pudo, con un poco de leche que ella misma intentó suministrarle con una cucharilla. Repitió la operación tres veces durante varios días y poco a poco comprobó cómo el pequeño iba haciendo buena cara y aspecto. De hecho, crecía a un ritmo vertiginoso.

Aquel domingo por la mañana el sol brillaba altivo y con soberbia, algo que en aquel recóndito lugar no solía ocurrir con demasiada frecuencia. La nieve, amontonada en los bancos y puentes y esparcida por las cubiertas de las casas, empezaba a deshacerse con celeridad. Beatrice adivinó (Y acertó) Que al día siguiente el frío habitual regresaría y que la nieve volvería a golpear con fuerza contra los cristales y todo aquello que se encontrara en el exterior. Así era el clima que podía respirarse habitualmente por aquellas tierras nórdicas: frío, nevoso, austero. Sin embargo, todos aquellos parajes gozaban de una belleza incomparable e invitaban a perderse en ellos.



Era un domingo soleado, pero era un domingo cualquiera. Todo seguía igual, y difícilmente lograría que las cosas cambiaran ni siquiera ligeramente...


domingo, 12 de junio de 2011

Conferencia de Francesc Parcerisas

Aquí os dejo con el resumen de otra conferencia muy interesante a la que tuve el placer de poder asistir este año.

Conferencia de Francesc Parcerisas – ‘‘Un anillo para traducirlos a todos’’.

Facultad de Traducción e Interpretación, Universidad Autónoma de Barcelona, 9 de marzo de 2011). Idioma: Catalán.

Francesc Parcerisas, profesor del departamento de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona, realizó la traducción de la obra de J. R. R. Tolkien al catalán. En el año 78, con la aparición de las lecturas en catalán, hubo editoriales que crearon colecciones. ‘‘La Magrana’’ solicitó al señor Parcerisas la traducción de El Hobbit, libro que él ya había leído. Le dedicó su tiempo y realizó el encargo satisfactoriamente. Allá por el año 86, volvió a traducir otra obra de J. R. R. Tolkien. En este caso, El señor de los anillos. El libro ya había tenido mucho éxito en castellano, y él mismo fue quien en tres años tuvo lista la traducción al catalán. Necesitó tiempo, puesto que compaginaba su labor como traductor con la docencia en un instituto de secundaria.



Desde el punto de vista de la traducción, no solo teniendo en cuenta el tiempo, la agencia editorial le facilitó un texto que no había visto nunca. Se trataba de un folleto que el mismo Tolkien había escrito dirigiéndose a los traductores, y que aclaraba dudas sobre aspectos terminológicos, haciendo hincapié en las lenguas germánicas y escandinavas. Algunas de las instrucciones que se citaban hacían referencia a cómo debían traducirse los nombres propios de personas y lugares, con la finalidad de que tuvieran sentido en la lengua de llegada. En este documento se podían ver dichos criterios, pero era complicado decidir cómo traducir a una lengua románica ciertos aspectos. Ante este problema, Francesc Parcerisas hizo fichas con todos los nombres propios y escribió en ellas las diferentes opciones que barajaba. Además, el traductor apostó por realizar un trabajo fiel a la tradición y la cultura de la lengua catalana. En el caso del apellido ‘‘Butterbur’’, por ejemplo, ya que los catalanes no usaban tanto la mantequilla, él recurrió a la cebada y a las olivas (‘‘ordi’’, ‘‘oliu’’). A continuación, utilizó un libro de apellidos catalanes y buscó apellidos que tuvieran una raíz similar. Finalmente, ese determinado personaje pasó a llamarse ‘‘Ordi Oliu’’. Otro de los problemas con los que se encontró el traductor fue la traducción del pronombre personal ‘‘you’’, ya que había diferentes rangos entre personajes y había que respetarlos. Así pues, aquellos que pertenecían a una clase más elevada eran tratados de ‘‘vós’’ o ‘‘vostè’’. Sin embargo, necesitó realizar una guía para anotar el trato correspondiente de cada personaje. Por ejemplo, como los Orcos eran vulgares siempre eran tratados de tú, pero en cambio Gandalf, que tenía una posición superior a la de todos, era tratado de ‘‘vós’’. Otro problema hallado durante la traducción de esta obra fueron los dialectos. ¿Cómo se podría hacer notar que un personaje, por ejemplo, era irlandés? ¿Sería correcto hacerle hablar en mallorquín? Ante este conflicto, decidió pincelar el lenguaje de dichos personajes para que se notase un poco, pero sin exagerar. Por ejemplo, empleó vocablos como ‘‘meues’’, ‘‘naltros’’ o ‘‘aqueix’’. Además, también se tuvieron que traducir las canciones de este libro intentando que tuvieran métrica, aunque se perdiera la rima. Pero lo más importante era que realmente pudieran sonar como una canción. Asimismo, se tradujeron las runas mediante un diccionario rúnico de fonemas. Las herramientas utilizadas durante el proceso de traducción de El señor de los anillos fueron una máquina de escribir electrónica Olivetti 3000, el diccionario Middle Earth Dictionary y un atlas llamado Journeys of Frodo. En el caso del atlas, resultó de gran utilidad para marcar dónde se encontraban los personajes y recordar el nombre que se le había dado a cada lugar.


Respecto a otras traducciones de esta misma obra, Francesc Parcerisas comentó que en el caso de la versión holandesa se realizó muy pronto y con poco cuidado. En cuanto se hizo popular, recibió un gran número de críticas. Por lo tanto, llegó a hacerse una versión alternativa que se decidió no publicar para no violar derechos de autor. Sin embargo, al cabo de unos años se realizó una corrección y se introdujeron todas las modificaciones adecuadas. Respecto a la traducción al ruso, se realizaron unas diez versiones diferentes. En el caso de la primera, publicada en la época de la Unión Soviética, los traductores tenían miedo de que no pudiera difundirse porque era una historia de fantasía y no querían que se establecieran comparaciones entre tal narración y la historia real, con hechos tan dramáticos como la Guerra Fría y los campos de concentración. Ante tal miedo, decidieron inventar que se trataba de un libro dentro de otro libro. Esta invención consistía en que un grupo de científicos, químicos y lingüistas crearon una historia de ciencia ficción. Los científicos descubrían un anillo de un material que tenía una memoria muy grande, del cual salía El Señor de los Anillos. Esta versión nunca llegó a publicarse, pero llegó a circular.

A diferencia de sus hijos, los cuales han publicado diversas obras, Tolkien fue un autor poco prolífico, si bien consagrado. Además, en un principio los editores de su obra pensaron que no tendría éxito, pero finalmente se ganó mucho dinero.


© Ilustraciones de John Howe.

Conferencia de Joaquim Maria Puyal en la UAB

Hace ya algunos meses, el periodista deportivo Joaquim Maria Puyal realizó una conferencia en la Facultad de Comunicación de mi universidad. Como me habían encargado para la asignatura de Traducción que hiciera unos resúmenes de unas conferencias (del tema que yo quisiera), asistí con mucho gusto a este evento, ya que me encanta el periodismo (ya sea deportivo o de otros ámbitos) y este locutor en concreto. Ahora que ya hace algún tiempo que entregué este trabajo, lo publico aquí, como un escrito más.

Conferencia de Joaquim Maria Puyal – ‘‘Cómo retransmitir un partido de fútbol’’. (Facultad de Comunicación, Universidad Autónoma de Barcelona, 23 de marzo de 2011). Idioma: Catalán.

Joaquim Maria Puyal es un mediático periodista deportivo radiofónico con una larga y reconocida trayectoria a sus espaldas. Actualmente desempeña su labor en Catalunya Ràdio. Además, recientemente ha publicado un libro, Aicnàlubma (‘‘Ambulancia’’ al revés), en el cual reflexiona sobre la sociedad y los medios de comunicación y realiza propuestas para la nueva televisión. En su conferencia, dirigida principalmente a los estudiantes universitarios de periodismo y comunicación audiovisual, refirió algunos buenos consejos para lograr una retransmisión deportiva satisfactoria.

Puyal declaró que un profesional siempre es partidista, no existe nadie que no lo sea. A pesar de esto, nunca deben decirse mentiras favoreciendo al propio equipo. El emisor de un mensaje, además, tiene que tener la voluntad de que el público le entienda. Para no perder el control del discurso, se necesita un emisor profesional, el cual pueda ponerse en el lugar del receptor y que pueda valorar lo que tiene que decir.

Uno de los elementos que tienen que controlarse durante el discurso es la pausa. Si se es capaz de dominarla y controlar el discurso, se es un emisor competente que dice las cosas que quiere como debe. Este también debe ser capaz de recuperar el hilo del discurso. Dentro del cual encontramos el instrumento fundamental: la lengua. Esta no puede sacralizarse, ya que no es sagrada. Pero no debe maltratarse bajo ningún concepto. Otra clave de la comunicación es la capacidad de sorpresa, a la gente no le interesa un programa que sea aburrido y demasiado predecible. Un mecanismo frecuente son los cómplices: gente del público que manifiesta su opinión e ideas y personas no presentes a las que se hace referencia por algún motivo determinado.


Un mismo partido se retransmite por diversas emisoras. El argumento siempre será el mismo (quién juega, quién gana…), todo el mundo obedece la ley de explicar la realidad. La diferencia está en la mirada, tanto en la parte descriptiva como en la valorativa. Según el periodista, ‘‘La mirada viste el relato’’. Cuando se escoge el tono, mirada o gesto, se recurre a recursos personales. Los instrumentos comunicativos como una cámara tienen que tener un punto de sensibilidad adecuado para el mensaje.

Puyal confiesa que alguna vez pensó que una retransmisión debía ser como quería el narrador. Sin embargo, cada uno tiene su personalidad y un estilo, pero existen una serie de connotaciones imprescindibles, las cuales son:

  1. Una transmisión tiene que ser narrativa. Los jugadores y los árbitros dan un relato que se explica mediante un buen dominio de la lengua y los elementos asociados a esta: capacidad de explicar con palabras el conjunto de situaciones a explicar.
  2. Debe ser interpretativa. Un profesional puede alegrarse o entristecerse, pero sin deformar la realidad. El periodista tiene un compromiso con la estética, e independientemente de su gran implicación personal no se le autoriza perder la distancia narrativa: el hecho de formar parte no le permite mentir.
  3. Aspecto valorativo. Aporta la crítica y los conocimientos básicos técnicos que nos permitan juzgar. Un locutor puede animar a la gente e intentar predecir lo que puede suceder, de esta manera logrará un discurso más agradable y atractivo.


La función periodística es global. No se puede desconectar del mundo, si ocurre algo importante debe comunicarse. Además, el locutor debe incorporar la emoción del sentimiento. Si realmente se encuentra delante de un gran acontecimiento, no puede ser frío ni limitarse a una labor técnica. Asimismo, no se pueden decir cosas que uno mismo no cree. El profesional tiene un ‘‘compromiso con la subjetiva honradez’’. Puyal indica que es algo a lo que hay que aspirar en la vida. Este periodista manifiesta que su trabajo se realiza con pasión y esfuerzo y que tiene lugar desde tiempos inmemorables, independientemente de la tecnología. Los seres humanos siempre estamos comunicándonos. Sin embargo, afirma que la comunicación está muy amenazada actualmente, las habilidades comunicativas y los instrumentos como la lengua y la capacidad expresiva deberían ser mejores. Además, según Puyal existe un ‘‘gran enemigo’’, la mentira. Lo es tanto para los profesionales como para los receptores. Y es que es algo que a veces cuesta detectar. Asimismo, cree que la idea mediática del éxito es una idea social, los profesionales no tienen por qué ser felices ni estar del todo de acuerdo con lo que hacen a pesar de dar una imagen determinada. Cada individuo trabaja donde puede, donde se le permite. Joaquim Maria Puyal concluye afirmando que ‘‘vivir es creer en las cosas ajustados a nuestras propias convicciones’’.


Y ahora, os dejo con un par de vídeos en los que podréis escuchar algunos de los momentos más míticos de la trayectoria de este gran profesional:



Narración de 1985 del penalty del Valladolid que Urruti, portero del FC Barcelona en aquella época, logró parar. Gracias a esta hazaña, el FC Barcelona ganó la liga en aquel momento.



Gol de Iniesta en la vuelta de la semifinal de la Champions League de 2009 en la que se enfrentaron Barça y Chelsea. Dicho tanto daba el pase a la final al club blaugrana. Narrado por Joaquim Maria Puyal. (Siento no poder adjuntar el vídeo correctamente, parece ser que es por motivos de copyright... Si hacéis clic en la imagen, podréis escucharlo).

martes, 7 de diciembre de 2010

La vida al revés, ¿por qué no?



Hoy, leyendo cosas por Internet (y fingiendo estar haciendo algo de provecho), he dado por casualidad con una cita que hacía tiempo ya había leído y que en su día ya me había gustado por su originalidad y su (considero que) innegable razón que tiene.

Dicha cita es del genial director estadounidense Woody Allen, y en ella hace una reflexión de lo que debería ser la vida. La pongo en inglés, tal cual la dijo:

"In my next life I want to live my life backwards. You start out dead and get that out of the way. Then you wake up in an old people's home feeling better every day. You get kicked out for being too healthy, go collect your pension, and then when you start work, you get a gold watch and a party on your first day. You work for 40 years until you're young enough to enjoy your retirement. You party, drink alcohol, and are generally promiscuous, then you are ready for high school. You then go to primary school, you become a kid, you play. You have no responsibilities, you become a baby until you are born. And then you spend your last 9 months floating in luxurious spa-like conditions with central heating and room service on tap, larger quarters every day and then Voila! You finish off as an orgasm!"
— Woody Allen.
Sin embargo, las cosas no son ni serán jamás así, por lo que no nos queda otra opción que aceptar la realidad. La vida es cambio y movimiento continuo, y es que de hecho estamos destinados a pasar por una constante evolución que nos invita a madurar y a recapacitar cada día un poco más: de nuestros errores, de nuestros defectos... de todo se aprende y se adquiere una sabiduría que más adelante nos servirá para afrontar todo tipo de situaciones. Todos, absolutamente todos, hemos hecho cosas que en un momento deseábamos hacer y de las que más tarde nos hemos arrepentido y desearíamos no haber cometido. Pero también pienso que de todas estas situaciones es posible sacar una enseñanza, algo que nos ayude a no volver a tropezar con la misma piedra. Y muchas veces, si no fuera por esos errores, más adelante no habríamos sabido cómo obrar adecuadamente. Yo agradezco a la vida que me haya permitido equivocarme, gracias a ello me he convertido en lo que soy a día de hoy. Y si me he equivocado, ha sido porque me he atrevido y no me he quedado cruzada de brazos sin arriesgarme. El mundo lo construímos los valientes, aquellos que vivimos y no nos dejamos vivir, los que tenemos iniciativa. Y así debe ser, porque mientras existan personas con pensamiento libre y espíritu de decisión, progresaremos cada día un poco más.

Y con esto, concluyo mis reflexiones dadaístas de las tantas de la noche y me dispongo a meterme en el sobre. Bona nit!