jueves, 22 de agosto de 2013

Bèrghem, Bergamo...

Hace más o menos una semana tuve la oportunidad de visitar Bérgamo. Esta ciudad, capital de la provincia del mismo nombre, está ubicada a unos 40 km al noreste de Milán. Conocida popularmente entre los turistas por el simple hecho de que allí, o para ser más precisos en la localidad de Orio al Serio se encuentra uno de los principales aeropuertos para todos aquellos que quieren moverse por la Lombardía, Bérgamo no se limita a ser un punto de recepción y despegue de flotas de aviones 'low cost', sino que realmente se trata de una hermosa ciudad que vale la pena visitar al menos una vez en la vida.

Uno de los hechos más curiosos de Bérgamo es que está dividida en dos: la Ciudad Alta, compuesta por el casco antiguo y que goza de un gran atractivo histórico y la Ciudad Baja, que contrasta claramente con la primera al representar la parte más moderna de la ciudad.

Ambas están conectadas mediante un funicular.
Personalmente, comencé mi ruta por la Città Alta, ya que de entrada pensé que ofrecería más que la Città Bassa, aunque al final tengo que decir que sí, efectivamente me gustó más la primera, pero la segunda tampoco me dejó indiferente: se trata solo de la contraposición de lo clásico y lo actual, por lo que recomiendo la visita de las dos. Es más, todo se encuentra bastante cerca y no tiene pérdida, por lo que en un día podréis verla bien de sobras.
Algunos de los puntos de la Ciudad Alta que cabe destacar son la Piazza Duomo, la Torre Civica, el Palazzo della Repubblica, la Piazza Vecchia, las murallas vénetas, la Torre de Gombito, la Basilica di Santa Maria Maggiore, el Castello di San Vigilio...
En lo que viene a ser la Ciudad Baja, tenemos la Piazza Matteotti, la Chiesa delle Grazie... A pesar de ser notablemente inferior la cantidad de puntos a destacar, es muy agradable pasear por sus calles empedradas con adoquines y pararse a observar las tiendecitas que podemos encontrar y, ¿por qué no?, tomar un buen helado o un granizado en estos días veraniegos de tanto calor.

Algunas curiosidades para 'frikis' de la lengua como yo:
Pensaba que no vería nada escrito en bergamasco, pero llegué a ver escrito el nombre de la ciudad en este dialecto (que repito, para mí siempre serán lenguas), ''Bèrghem''. Yendo por la carretera también observé que en los letreros con los nombres de algunos pueblecitos lombardos indicaban el nombre tanto en italiano como en dialecto, algo que me encantó y que no me esperaba, ya que por desgracia se están perdiendo y los hablan una minoría, básicamente las personas de avanzada edad que han nacido y crecido en esos lugares.

Luego también comí en un pequeño bar que se llamaba ''Ol Baretì, bar doce bar'', que como no es difícil deducir significa ''El pequeño bar, bar dulce bar''.

Y por último, os dejo con algo que me llamó la atención y que más tarde me arrepentí de no haber probado (ya tengo un buen motivo para volver). La polenta e osëi (''osëi'' significa ''pájaros''; de hecho, se parece mucho al catalán, ''ocells'', y se pronuncia prácticamente igual). Como ya os he dicho alguna que otra vez, la polenta es un alimento muy característico del norte de Italia (aunque también se come en otras zonas del país). Sin embargo, esta es una versión un tanto diferente. Al parecer, se trata de un dulce típico bergamasco hecho a base de bizcocho, azúcar, maíz, harina, aroma de limón y de vainilla, entre otros, adornada con pajaritos de chocolate en la parte superior. Si queréis ver la receta, podéis encontrarla en español aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario